El 19 de octubre pasado, junto con la Facultad de Bioética de la Universidad Anáhuac, organizamos un seminario titulado “Día Mundial de la Bioética”. En esta ocasión el Director de la Cátedra, Prof. Alberto García comenzó el seminario con un mensaje sobre “La proyección de la Bioética en el futuro a nivel mundial.”
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Además, fue publicada la “Declaración sobre Bioética y Salud Mental derivada de la celebración del Día Mundial de la Bioética.”
Preámbulo
La salud, según la Organización Mundial de la Salud, es un “estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Sin embargo, es un hecho que la disminución en la salud mental se manifiesta con la presencia de afecciones psicosociales y trastornos mentales, que actualmente aquejan a más de mil millones de personas. La pandemia por COVID-19 ha alterado la rutina habitual de los individuos, les ha enfrentado a situaciones críticas y les ha llevado a desarrollar, en muchos casos, depresión, ansiedad, consumo de sustancias y trastornos relacionados con trauma y estrés. En la pospandemia, enfrentaremos problemáticas de diversa índole, tales como las médicas, psicológicas, sociales y económicas; observaremos muy probablemente un incremento en los trastornos mentales, en las adicciones al alcohol, a las drogas, la presencia de ludopatías, altos índices de violencia doméstica como consecuencia del largo período de confinamiento y un aumento considerable de la conducta suicida, por lo que el bienestar, la integridad y la vida de las personas está en riesgo. Es por tanto, imperante desarrollar una visión empática y solidaria que permita, desde los principios de la bioética tales como la sociabilidad, la subsidiariedad y la justicia distributiva, involucrar a todos los miembros de la sociedad para implementar estrategias orientadas al bien común, a la disminución de las condiciones que otorgan vulnerabilidad social y a la garantía del acceso a los servicios de salud mental por parte de la población. La Bioética juega, pues, un papel fundamental en el abordaje de este problema urgente que nos inquieta en los albores de la vida postpandemia y debe, por ello, fortalecerse, ahora más que nunca, como una Bioética en salida, capaz de ir a las fronteras y límites humanos para rescatar y salvaguardar la dignidad de todas las personas buscando con ello el beneficio de toda la sociedad con una visiòn fortalecida dirigida hacia el bien común. Creemos, por todo lo anterior, que es preciso rescatar los principios de la Bioética para poder enfrentar, con decisión y arrojo, esta otra pandemia de afectaciones a la salud mental de las personas.